Laguna Negra

Esta Laguna es uno de los principales atractivos turísticos del estado ya que llama la atención su color oscuro...

Leyendas de Merida

Mérida es rica en mitos y leyendas, tanto de origen indígena como las creadas a través de los tiempos por los campesinos del páramo....

La Trampa

Lugar sagrado, escondido entre las nubes, refugio de indios, tribus de los Mucuúnes, Jamuenes, Casés, y Quinaroes, habitantes alrededor de la Laguna de Urao...

Gastronomía merideña (historia y evolución)

La comida merideña consta de gran variedad de delicias gastronómicas de singular preparación...

Historia y herencia cultural

En sus valles y mesetas se asentó la civilización Tatuy (significa precisamente, lo más antiguo), la cual alcanzó un alto grado de desarrollo cultural...

23 sept 2009

La Azulita I


La Azulita capital del Municipio Andrés Bello es un pueblo andino de incomparables bellezas naturales. Dentro de su exuberante geografía encontramos elevadas montañas pintorescas, hermosas cascadas, clima, ambiente folklore; sus habitantes conjugan para hacer de él un pueblo acogedor.





Situación
Pueblo situado sobre la cordillera de La Culata, en la vertiente del Lago, sobre una meseta colgada de la montaña a 1.135 metros de altitud. Se le llama el Balcón de los Andes por sus huertas tan abundantes, bucólicas aldeas de casas blancas adornadas con flores multicolores y fértiles campos de cultivo. La naturaleza se muestra muy pródiga en aquellos lugares, regados por blancas corrientes de aguas y cascadas cristalinas, que tienen por escenario de fondo el valle profundo del río Capaz. El nombre de la Azulita, proviene del color azul que se observa sobre el valle del río Capaz, enfrente del poblado. Disfruta esta población de una temperatura agradable de 20ºC.
Existen tres vías para ir hacia La Azulita. La primera de ellas es una troncal que parte de la carretera Panamericana, a 35 kilómetros de El Vigía en dirección hacia Caja Seca, a la altura de Caño Zancudo y se remonta por la cordillera. Es una carretera ancha y bien asfaltada de unos 23 kilómetros que atraviesa un paisaje natural de gran belleza y colorido, donde los enhiestos cedros y bucares destacan entre el verde del follaje. Una segunda vía es la que parte desde Mérida, pasa cerca de Jají y cae a La Azulita, desde arriba, en un trayecto de 77 kilómetros. La carretera se encuentra en este momento en pésimo estado, por la gran cantidad de derrumbes y deslizamientos que han deteriorado la calzada. Los paisajes que se observan en este trayecto son hermosos: verdes colinas donde se desarrolla una ganadería de altura, bosques de la única especie de pino venezolano: Pino laso (Decosucarpus rospigliossi), y selvas nubladas.
Una tercera vía parte desde Lagunillas, sube hasta al pueblo de La Trampa, pasa por La Sabana y entra a La Azulita por el oeste. Después de La Sabana pasamos por un bosque nublado, ajeno de toda presencia humana y animado por los alegres silbidos de los pájaros: loros bulliciosos volando entre las copas de los árboles más altos en numerosas bandadas, carpinteros ocupados en el taladrar de los troncos, las palomas revoleteando aquí y allá, los cristofués con sus cantos largos y sonoros, aguerridos azulejos y los gregarios querrerres de pecho amarillo y torso verde. Es un ecosistema muy bien conservado, donde hay abundancia de comida para las aves que picotean los tiernos frutos de los higuerones, cínaros, uvitos, maitines y lancetillos.
En estos bosques habita el oso frontino, el cual es el único oso autóctono de la América del Sur. Se caracteriza por su pelaje negro, con manchas blancas en forma de anillos alrededor de los ojos, por lo cual se le llama también “oso de anteojos”. Este mamífero ha sido muy perseguido por el hombre, debido a su fama de agresor al ganado, lo cual es falso. Es bastante difícil encontrarse uno de ellos, pues viven escondidos entre el bosque y evitan la presencia humana.
Un poco más abajo de aquel paraíso de aves, se anima el paisaje al aparecer las suaves colinas tapizadas de quicuyo, y las hermosas fincas, donde pasta al ganado Holstein, al lado de las casas y cabañas de estilo europeo. En sus patios vemos los cántaros de aluminio rebosantes de leche recién ordeñada. Pasamos por encima de una formación carbonífera muy especial con un tipo de roca negra y muy blanda que se deshace en nuestras manos al apretarla un poco. Seguimos andando entre potreros y ahora comienzan a verse los sembradíos de café. Se calienta un poco el aire y surgen las aldeas de La Osa y Mesa Alta, que anuncian la presencia del poblado.
Estamos en la cuenca del río Capaz, que pasa a los pies de La Azulita, después de recibir las aguas del río Ron, río Macho, río Blanco, río Negro y varias quebradas que nacen en los altos páramos, a mas de 3.000 metros de altitud, para desembocar en el Lago de Maracaibo.

Fundación
Fecha:22 de FebreroLa Azulita comenzó como territorio reconocido desde el siglo XVI, cuando por ahí pasaron Francisco López Mejía, Juan de Carvajal, Juan Rodríguez Suárez y otros tantos que luego irían asentándose en la Zona Sur del Lago. Naturalmente no se vino a pensar en la construcción de un pueblo sino en el siglo XIX cuando se estableció la necesidad de buscar el sitio más cómodo para la exportación de los productos de la Zona de Mérida. Conforme al espíritu de sociabilidad humana y atraídos por la fertilidad de la tierra, llegaron los primeros habitantes de esta región provenientes de las vecinas poblaciones de Jají, Ejido y Mérida. No fue el hidalgo caballero de la madre España, quien en conquista o colonización asentara sus reales por primera vez, ni las pacificaciones de indígenas antropófagos. Fue el interés de empresarios y gobernantes de 1.856 de escoger un punto equidistante entre Mérida y el Puerto de Arenales un lugar llamado la Hoya de Molinillos para la fundación de un pueblo. Con la aparición del café, La Azulita se convierte en uno de los centros más importantes del estado Mérida y de la región Andina, y por estar enclavada en medio de esplendorosa vegetación; razón justificada para que ahora se considere como el Pueblo Ecológico, no solo de Venezuela, sino de América. Con fecha 2 de Diciembre de 1.856 dicta la Diputación Provincial, nombre que por este entonces recibía la Asamblea Legislativa, un decreto por medio del cual dispone la Fundación de un pueblo en La Hoya de Molinillos, y que en su primer considerando dice así: “que es de gran importancia la fundación de un pueblo en la Hoya de Molinillos no solo para fomentar la nueva vía que se abre hacia Arenales sino para utilizar en provecho de la Nación los terrenos baldíos de aquella parte”. En 1857 los Hermanos Juan Nepomuceno y Francisco Uzcátegui Escobar por encargo de la compañía del Puerto de Arenales en la cual delegó el gobernador de la Provincia la conducción de todo lo relacionado con la Fundación del nuevo Pueblo, procedieron al desmonte y medición de los terrenos destruidos a fundación antes atada. El 25 de Marzo de 1.865 se reinicia el proceso de población de la Hoya de Molinillos con el asentamiento de unas 15 familias y el 22 de Febrero de 1.866 se funda definitivamente el pueblo con el nombre de La Azulita. Y sobre una hermosa llanada extendida a los pies de la Cordillera del Norte nace La Azulita. Su extraordinaria, posición de un puente entre las altas montañas Merideñas y de la Tierra Llana. El recién nacido pueblo hereda de sus fundadores brava raza de montañeses vascos, el extraordinario valor para el trabajo y la pujanza e iniciativa para el proceso. Don Francisco Uzcátegui es el tronco paterno de lo uzcáteguis azulitences, Maximiliano y Atilio Uzcátegui fueron consecuentes proseguidores de una generación y a la vez firmes puntales de la región. Ellos desempeñan cargos de importancia entre las autoridades civiles y municipales y son los donantes del terreno y constructores del Primer Templo Parroquial con el Pbro. Narciso Carrero, para los años 1911 concientes acaso que sembraban, para su posteridad la primera semilla sacerdotal.


Image and video hosting by TinyPic