Laguna Negra

Esta Laguna es uno de los principales atractivos turísticos del estado ya que llama la atención su color oscuro...

Leyendas de Merida

Mérida es rica en mitos y leyendas, tanto de origen indígena como las creadas a través de los tiempos por los campesinos del páramo....

La Trampa

Lugar sagrado, escondido entre las nubes, refugio de indios, tribus de los Mucuúnes, Jamuenes, Casés, y Quinaroes, habitantes alrededor de la Laguna de Urao...

Gastronomía merideña (historia y evolución)

La comida merideña consta de gran variedad de delicias gastronómicas de singular preparación...

Historia y herencia cultural

En sus valles y mesetas se asentó la civilización Tatuy (significa precisamente, lo más antiguo), la cual alcanzó un alto grado de desarrollo cultural...

26 mar 2008

Ejido

Ejido ha sido llamada con justicia por Tulio Febres Cordero "La ciudad de la miel y de las flores". Este título tan dulce, se debe a sus tradicionales panelas con las que se preparan los dulces caseros de higo, leche y guayaba, así como la rica miel y las flores provenientes de sus campos. Desde la época colonial, en Ejido se procesa la caña en los trapiches, para producir las panelas que sirven para endulzar los platos de la cocina típica del Estado Mérida.

Ejido a 1170 metros sobre el nivel del mar y situada sobre una meseta de suave pendiente, de origen aluvial, en la margen derecha del río Chama. Posee una temperatura media de 21º C.

En sus alrededores abundan los cultivos de caña de azúcar, que se prolongan desde las fértiles vegas del Chama, hasta la parte montañosa, hacia el norte, en donde la caña, el plátano, las guayabas, los cafetos y otros cultivos trepan por las laderas, hasta alcanzar las aldeas de El Manzano y El Salado.

La ciudad está dividida en tres parroquias: Parroquia Matriz, hacia el oeste, Parroquia Montalbán hacia el este y la Parroquia Fernández Peña, hacia el sur de la ciudad. Hasta hace pocos años, la carretera Transandina atravesaba el poblado por la Plaza Bolívar. Hoy se tiene una vía alterna por la parte baja, llamada Avenida Centenario, la cual divide a la ciudad en dos sectores. Hacia la parte de arriba de dicha Avenida se ubica el casco central del viejo Ejido, el cual consiste de dos calles paralelas bastante largas, llamadas Fernández Peña y Bolívar, atravesadas por unas catorce transversales cortas.

En los alrededores de la Plaza Bolívar se percibe un ambiente de pueblo andino por la presencia del mercado municipal y las tiendas que ofrecen todo tipo de mercadería, como cestas de fibra vegetal, relucientes machetes, ollas de barro, cobijas de lana, sacos de maíz, ramilletes de flores, etc. Muchos campesinos bajan de las aldeas vecinas a vender sus productos al mercado y a comprar los artículos manufacturados que no se consiguen en el campo.

La medicina tradicional basada en el poder curativo de las plantas, es un legado milenario de los indígenas, que se ha mantenido vivo de generación en generación por los habitantes de estas regiones. Los vehículos que se dirigen hacia las aldeas de Ejido se estacionan alrededor de la plaza y el mercado. Estos viejos jeeps, se reconocen por la gran cantidad de equipajes que llevan sobre el techo, como por ejemplo, bultos de papas, pacas de panela, racimos de cambures y otras cosas; además, sus vidrios están llenos de polvo y sus cauchos cubiertos por el barro de los accidentados caminos que deben transitar.

Enfrente de la plaza, vemos la bella Iglesia Matriz de Ejido, dedicada a San Buenaventura. De aspecto neoclásico, fue terminada de construir en 1907. Posee una fachada rectangular, dividida en dos cuerpos verticales, con pilastras de fuste estriado, que sostienen un friso con triglifos y metopas. En la parte de arriba, se tiene un pequeño frontón, semejante a un altar, con un arco acompañado de dos pequeñas pilastras a cada lado en forma simétrica, rematadas en el tope por una cornisa curvilínea, sobre la que se apoya una estatua de San Buenaventura.

Como la mayoría de iglesias de los pueblos andinos, la de Ejido ha sido erigida sobre un podio, de dos metros de altura en la parte delantera y que casi desaparece hacia el ábside, para compensar el desnivel del terreno. Unas escalinatas a cada lado permiten subir a un pequeño atrio o galería en la parte delantera, bordeado por barandas de balaustre.

Más adelante vemos la Plaza Campo Elías y enfrente de ésta la Iglesia de Montalbán, muy moderna en su estructura, a excepción de su única torre, semejante a la de la Catedral de Mérida.

Ejido es tierra de artesanos. En los caseríos de Los Guáimaros, Aguas Calientes y Pozo Hondo, se producen piezas de cerámica rústica hecha a mano, siguiendo los métodos tradicionales de los indios, sin el uso del torno y quemándola en hornos de leña. Son famosas en todo el país sus vajillas de barro, candelabros, figuras animales y otras piezas de gran valor artístico confeccionadas por estos artesanos populares. También se pueden conseguir en el mercado, esteras, cuatros, maracas y cestas fabricadas en laregión. Otra actividad muy interesante es la creación de las piezas para decorar los pesebres de Navidad, usando yesca o anime.

Cerca de Ejido, en Aguas Calientes, existen unos manantiales de aguas termales, ricas en sulfuro. Lamentablemente, el lugar no ofrece las condiciones mínimas de seguridad para los usuarios.

Ejido no tiene una fecha exacta de fundación como ciudad. De acuerdo a Julio Villamizar, el cronista de la ciudad, el poblado de Ejido se origina en un reparto de terrenos ejidos que hizo el Cabildo de la ciudad de Mérida en el siglo XVI. Estas tierras se asignaron a algunas familias notables de Mérida, leales a la Corona Española. En sus predios sembraron la caña de azúcar y explotaron sus haciendas y trapiches con la mano de obra de algunos esclavos negros y en ocasiones con indios, lo cual estaba prohibido por las leyes de las encomiendas. En 1620, el Licenciado Vásquez de Cisneros, Oidor de la Audiencia de Santa Fe de Bogotá, durante una visita a Mérida, dictó una ordenanza, mediante la cual se mandó a construir Iglesia decente y de buenas tapias en el lugar más cómodo de Ejido, para el adoctrinamiento de su población. A partir de entonces, se conoce al pueblo como San Buenaventura de Ejido.

En la actualidad, Ejido ha crecido mucho, debido a su cercanía con Mérida. Se han formado populosas barriadas en forma bastante rápida y caótica, y con muy poca planificación urbanística, a excepción de un centro comercial nuevo, en la Avenida Centenario, bastante funcional y algunos conjuntos residenciales de edificios de pocos pisos.

Administrativamente, Ejido es la Capital del Municipio Campo Elías en Honor al héroe de la independencia Coronel Vicente Campo Elías.

Agradecimiento a: Rolando (fotografías de los Guaimaros)

13 mar 2008

San José del Sur



Uno de mis pueblos favoritos es sin lugar a dudas San José del Sur, su gente es realmente especial, guardo recuerdos muy gratificantes en mis pasos por este hermosísimo lugar.
Vista General de San José del Sur
Gráfica Ángel Maldonado
Una de las experiencias mas emocionantes que he tenido por estos parajes de ensueño, fue un recorrido entre montañas por trochas aptas solo para aventureros y en rústico, nosotros fuimos en un 4x4 Station Wagon (Samuray). Partimos de San José del Sur con 2 baquianos locales, cruzamos quebradas, montañas, atravesamos el páramo Las Lajas hasta llegar a un precioso lugar llamado Tostós, en donde la vía al fin era de asfalto y de allí a San José de nuevo para dejar a los baquianos. El trayecto fue tan fuerte que cuando llegamos veníamos sin amortiguadores, guardapolvos, platinas y puerta trasera, es decir el 4x4 venía practicamente destruido, pero con unas vivencias impresionantes y de verdad inenarrables en espectacularidad y belleza. Las fotos de este emocionante recorrido se perdieron todas a causa de caerse la cámara cuando decidimos montar a caballo, no me di cuenta hasta que sentí cruak en las pezuñas del animal. Que aventura (me quedaron ganas de volver a realizarlo).

Con cariño y dedicado especialmente a toda esa linda gente de San José, dedico este post.
   
San José es de los Pueblos del Sur, que mejor ha logrado conservar su arquitectura típica, de blancas casas con anchos muros y ariscados aleros. San José, a 2334 metros de altitud, se asienta en una pequeña ladera regada por una quebrada muy cristalina del mismo nombre. El clima es frío y seco con temperatura media de 15° C. En las tardes la neblina que baja desde los paramos cercanos, envuelve al pueblo en su blanco y misterioso manto, dando una sensación inefable de paz, recogimiento y profunda contemplación.

Se puede llegar a San José por una carretera asfaltada que viene de Mucutuy atravesando el Páramo de San José cubierto de neblina: una ruta turística de gran belleza por sus paisajes, con alturas que pasan de los cuatro mil metros. La ruta desde Mucutuy es de aproximadamente 1 hora y media de duración en vehículo rústico. Allí se puede apreciar la vegetación tan especial de estos lugares con gramíneas y frailejones que cubren una de las formaciones geológicas más antiguas de los Andes. En el sitio denominado El Cumpiz, hay un parque muy curioso con figuras de animales talladas en piedras.

Después de pasar este páramo que divide dos municipios, se comienza a descender por el otro lado de la sierra hacia la vertiente de la quebrada Tostós en donde se puede palpar la majestuosidad de la sierra Nevada y el valle profundo del río Nuestra Señora. En las verdes laderas se ven algunas casas dispersas, de campesinos que trabajan la tierra con tesón. Continuamos descendiendo por una calzada muy estrecha que se retuerce, siguiendo los pliegues de la montaña. Al final se divisa a San José con su semblante cálido y acogedor a esta hora de la mañana, recogido en la intimidad silenciosa de su pequeño valle.

Las casas blancas muy bien acicaladas y hermosos tejados rojos le dan al poblado un aire encantador. Los cerros que lo rodean están bastante desgastados por el cultivo intenso del trigo en las laderas y vertientes de mucha inclinación desde épocas ancestrales. Gracias a la incorporación de algunos sistemas de riego, podemos ver algunos cultivos muy verdes en terrazas escalonadas, al lado del ocre terroso de las tierras abandonadas.

Nos detenemos en una de sus muchas bodegas a charlar con el dueño y a oír los cuentos de rigor sobre las calamidades de la carretera o la abundancia de la cosecha de papa. El pueblo posee dos posadas. La que se halla situada a la entrada tiene un ambiente muy acogedor con corredores y altillo de madera. San José posee una población de 148 habitantes. Por sus dos calles longitudinales tranquilas que conducen a la pequeña plaza, el viento susurra constantemente entre los bien podados pinos. Algunas paraulatas con sus negras colas y ojos de color amarillo, se nos cruzan en el camino, volando entre los matorrales. Su iglesia sencilla de sólida planta rectangular, con una sola nave y ancha torre, contrasta por su blancura con el verdor de los campos vecinos. En sus alrededores se cultiva el trigo, papas, leguminosas y hortalizas usando los métodos tradicionales del arado de bueyes. Son cantidades modestas, pero suficientes para abastecer a los habitantes de la localidad. Existe también una pequeña truchicultura en el pueblo.

San José es una parroquia del Municipio Campo Elías con una población de 1.872 habitantes. Dentro de los límites parroquiales encontramos las aldeas de Mucumpiz, Mucusum, Tostós, El Trompillo y La Loma de Chichuí.

La vía que viene desde Mérida es también pródiga en vistas de montañas espectaculares. Por ella pueden circular vehículos de cualquier tipo y es la más usada por los turistas. Esta carretera inicia su ascenso un poco más arriba del pueblo de las González, sobre la carretera Transandina. Después de pasar por La Chichuy, se inicia el ascenso con muchas regresivas, un poco peligrosas, por los daños ocasionados por las lluvias en los taludes. Algunas rocas sobre el pavimento impiden el paso y hay que bajarse del vehículo para abrir paso. Al final del ascenso se llega a la meseta de Tierra Negra, lugar de reunión de los aficionados al parapente. Desde allí se lanzan en vuelo hacia el vacío los deportistas con sus alas multicolores, que desafían las alturas sobre el valle del Chama.

Los orígenes del pueblo se remontan a la etapa precolombina cuando era un pueblo de indios. Su fundación data de 1883 y nace como una aldea de Acequias. En San José se veneran varios Santos como San José (El Patrono), San Benito, La Virgen del Perpetuo Socorrro y la Virgen de Coromoto. Las fiestas patronales se celebran el 19 de Marzo, día de San José.

Gracias a cicloides por la bellas fotos de vuelo en parapente. Gráfica 1: Panorámica de San José del Sur (Angel Maldonado) 
Gráfica 2: Viviendas de la localidad (Angel Maldonado) 
Gráfica 3: Posada Mochabá (Edwin Mora) 
Gráfica 4: Agricultura en laderas (Edwin Mora)

4 mar 2008

La Mesa de Los Indios


Desde el impresionante paso de la Chorrera de Las González, la vía atraviesa hermosos bosques de ceibos y yagrumos hasta llegar a La Mesa de Los Indios, pueblo ubicado a 1.427 m.s.n.m, con una temperatura de 19ºC y una población de 1574 habitantes.

La fundación de La Mesa, se remonta al 16 de agosto de 1693, sobre la cual se dilucidan dos versiones: Una a nombre del Capitán Alonso Ruíz Valera y Gavidia, y otra por mandato del Teniente General Iván Pérez Escribano, con el nombre de Santiago de La Mesa de Los Munundes. Para el año de 1770, Doña Isabel de Nava y Salas, ocupante de estas tierras, permutó con algunos indios de la sabana, el terreno donde fue fundado el pueblo, lo que permitió establecerse en comunidades primitivas y que posteriormente identificaron el sector como La Mesa de Los Indios.

En contexto histórico en el cual se halla inmersa la localidad, en épocas remotas señala que, estas tierras eran habitadas por las tribus de indios Tocuos, que identificaba como La Mesa de Los Salazar. Posteriormente, la Real Cédula decretó "Resguardos de Indígenas" las tierras ocupadas por estas comunidades, hasta que en el año 1897 fue concedida la repartición de dichos resguardos.

Cabe resaltar un pasaje del poeta de los Andes, Manuel Felipe Rugeles:

Indio que ya nada tienes
allí donde fuiste dueño
y que ahora por la sierra
vas caminando en silencio
tras el caballo y la sombra
del último encomendero.

Marco Físico Natural
Se encuentra emplazada la población de La Mesa de Los Indios en una terraza formada por la quebrada la Enfadosa y el río Las González. Se cultivan rubros como: Café y caña de azúcar.

La Mesa ha sido llamado el Pueblo Musical de Mérida por la vocación artística de sus habitantes; posee una importante asociación artesanal y conserva varias edificaciones de la arquitectura andina tradicional, hoy es ejemplo pintoresco de urbanismo, de pueblo encaramado en las cumbres que preside la iglesia parroquial de sobria silueta.