19 ene 2008

Paradura del Niño


La fiesta de la PARADURA DEL NIÑO se lleva a efecto a comienzos de cada año nuevo en todos los hermosos pueblos del Estado Mérida. La gente supone que, habiendo nacido el Niño la noche del 24 de diciembre, ya para enero puede pararse solo y caminar. La PARADURA no es, pues, sino la fiesta de los primeros pasos del Niño. No olvidemos que el Niño Jesús era como todos los niños y que cuando nació no sabía hablar ni andar. El momento que empezó a caminar, fue para José y María, como sucede en casos semejantes a todos los padres, una ocasión de júbilo y de alegría. Y es eso lo que se celebra en los Andes con esta fiesta, la cual reviste especial belleza en el Estado Mérida.


¿Cómo es esa fiesta de la Paradura?

El amo de la casa ha invitado para las siete de la noche a sus amigos, quienes acuden con sus mejores ropas. El pesebre resplandece bajo la luz de las lamparitas y de las velas. Ya han llegado los padrinos del Niño y comienzan los rezos, no sin antes haber brindado a la salud del infante. Después de las oraciones, se cantan los aguinaldos, al son del cuatro, las maracas, el furruco y las charrascas. Ahora el padrino y la madrina se acercan al pesebre. Se arrodillan ante el Niño, y con las manos envueltas en blancos y grandes pañuelos, lo levantan del pesebre, lo pasean, en procesión alrededor de la casa y lo dejan, finalmente, de pié entre José y María, El Niño se ha parado. Hay gritos de alegría. Aumenta el regocijo en la voz de los cantores y en la música de los instrumentos. Se reparten hallacas, Bizcochuelos, se come majarete y se bebe mistela dulce.

Según las tradiciones, tenía el Niño muy corta edad cuando, para angustia de sus padres se le perdió un día. Comenzaron a buscarlo ansiosamente y lo encontraron, aunque tan chiquito, discutiendo enserio con los doctores. Esa pérdida y el dichoso encuentro del infante, también se conmemoran en Mérida, bajo el nombre de Robo y Búsqueda del Niño.

Varios conjurados, gente de la casa, amigos cercanos, sigilosamente, se acercan el pesebre. Con gran cuidado toman al Niño y huyen. Luego, lo esconden en un sitio que puede ser una vasija de barro cocido o bajo las piedras que en el hogar campesino se usan para sostener la olla o la pila mientras se cocina con leña y que el pueblo llama "topias".

El Niño se ha perdido. Cunde la preocupación en la casa de cuyo pesebre fue sustraído. Se comenta con los vecinos la desaparición del Niño. Se celebran los velatorios del Niño perdido, donde se cantan versos al son de guitarra y maracas:

San José y la Virgen no tienen consuelo: se ha perdido el Niño, el Rey de los Cielos. Pasan algunos días y por fin! se reune todo el mundo para buscar al Niño perdido. Salen San José y la Virgen montada esta en un borrico, salen los dueños de la casa, salen los tres Reyes Magos, salen los pastores, los indios, los ángeles. Salen los giros que bailan en torno a un mastil tejiendo cintas. La procesión empieza a recorrer calles y casas. La Virgen, dolorida pregunta en cada puerta por su Niño perdido: Mi hijo se ha perdido, donde podrá estar? Lloro inconsolablemente, tened piedad. A veces le contestan friamente; sigue su camino, tu Niño no está. Búscalo en el Templo, que allá puede estar. Otras veces se apiadan de su suerte.

Pero en otra oportunidades no es la Virgen solamente la que habla, sino que cantores y músicos, pastores y ángeles, dicen en forma acusadora, llenos de sospechas. Dénos nuestro Niño que "usted" es el ladrón, dénolos por Ella, tengan corazón. Y el acusado se defiende, señalando otra casa: lo tiene Ramiro, señalando otra casa, ese es el ladrón, asalten su casa no tiene perdón. Y es posible que sea precisamente allí donde está el Niño y que cuando los cantores insisten: ¿Ah, Señor Ramiro! Dénos nuestro Dios. Niño más hermoso el mundo no vió, el dueño de la casa responda: Pues que conmovido con llanto estoy, abriré la puerta, daré al Niño Dios.

Y al entrar en la casa, se encuentran con el Niño. La alegría estalla en nuestros cantos: El cielo lo premie por su caridad. Vamos pastorcillos! vamos a cantar! Y con el Niño en brazos de la Virgen, regresa triunfante el cortejo hasta la casa donde lo habían robado. Suenan triquitraques y cohetes.

El ladrón amarrado, camina con la cabeza gacha al final de la comitiva bullanguera y jubilosa que al llegar a la casa del Niño, será obsequiada con licores y comidas propias de la región.

Asi termina la Búsqueda del Niño, en días de Enero de cada año, allá en los pequeños pueblos de los altos Andes, cerca de la Sierra Nevada que domina todos con sus nieves perpetuas.

Esta es una de las formas mas tradicionales de celebrar las Paraduras del Niño, en mi Blog Recetas para el Alma comentaré la parte mas familiar de esta hermosa Tradición Andina.

Las paraduras se hacen desde el 31 de diciembre hasta el 2 de febrero, cuando se quita el pesebre, tradición que se mantiene en nuestros pueblos andinos, forma parte de las creencias religiosas de los merideños, en cualquier casa, en cualquier pueblo, amigos, vecinos y familias enteras, salen a la calle a festejar sus paraduras, son una tradición hermosa que al vivirla regocija el alma.

2 Dejaron huellas de su paseo por Mérida:

Muy interesante lo que nos cuentas y muy hermosa tradición, siempre hablar de María y José, es hablar de amor...y mas si en él también se habla del Salvador.

Un saludo Siry...

y disculpa por demorar en entrar es que tu blog es un poco pesadito y no siempre me permite opinar.

Que hermosas Tradiciones y muy lindo como lo contas.Se hace muy entretenido!