Por: Rubén Alexis Hernández
Historiador
Valga el presente escrito a propósito de las festividades en honor a San Juan, llevadas a
cabo en distintas partes de Venezuela, y con el 24 de Junio como día central.
El pueblo conocido actualmente como San Juan de Lagunillas, capital de la parroquia
del mismo nombre (municipio Sucre, estado Mérida), se ubica a unos 25 kilómetros
de la ciudad de Mérida y a unos 1.059 metros sobre el nivel del mar; se caracteriza
geográficamente por tener: un clima cálido y seco, relativa escasez de agua dulce,
vegetación xerófita, entre otros aspectos. Fue ocupada por diversos grupos humanos
desde mucho antes de la llegada de los españoles, tal como otros tantos sitios en
los Andes merideños. En este contexto exponemos algunas notas que consideramos
pertinentes para comprender el pasado y presente socioespacial de esta población
merideña.
1.- Durante el periodo prehispánico la zona, cercana a Zamu o Jamun, (actual
Lagunillas e importante núcleo social y religioso de la época), estuvo habitada por
una relativamente numerosa población indígena, concentrada en el pequeño valle que
sirve de asiento al San Juan de hoy, y en otras superficies planas o semiplanas en los
alrededores. Su existencia se fundamentaba en un modelo socioproductivo comunitario;
las viviendas eran bohíos de forma circular, elaborados con materiales como piedras,
madera y paja; su subsistencia dependía básicamente de la agricultura, de la cría de
algunas aves y de frutas silvestres como piña, aguacate, guayaba y otras; había una
interacción armónica con los distintos componentes medioambientales, fenómeno que
se reflejaba en el sistema mágico-religioso.
2.- En las cercanías de lo que hoy día es San Juan fue asentada por primera vez la
Mérida colonial: “(…) y en aquel propio sitio donde estaba alojado, que es casi la
última parte de la Lagunilla, yendo hacia la Sierra Nevada, pobló un pueblo con sus
ceremonias acostumbradas, al cual llamó la ciudad de Mérida (…)” (Fray Pedro de
Aguado, “Recopilación historial de Venezuela”). Posteriormente Mérida fue trasladada
en dos oportunidades, hasta su ubicación definitiva en el actual casco central de la
ciudad andina. Con la llegada de los colonizadores hispanos al continente americano se
implantaron una serie de estructuras, y el área de San Juan no fue la excepción. Pronto
los europeos sometieron a los indígenas mediante la Encomienda y la evangelización, y
los obligaron a ser fieles al rey de España y a servir al sistema colonial como mano de
obra y como tributarios.
3.- De acuerdo a ciertas ordenanzas de poblamiento, los indígenas sometidos debían ser
concentrados demográficamente en forma de pueblo de españoles, para facilitar de esta
manera su control y su adoctrinamiento cristiano. Durante muchos años los naturales del
lugar aquí reseñado estuvieron agregados administrativa y territorialmente a Lagunillas,
hasta que el 27 de Julio de 1674, por limitaciones espaciales, se ordenó su regreso a la
microrregión de San Juan (Edda O. Samudio A., “Los Pueblos de Indios de Mérida”).
Aparentemente el año en cuestión representó el origen del topónimo San Juan, si bien
no era de Lagunillas sino de Mucuhun o Mucujun.
4.-Para la segunda mitad del siglo XVIII, San Juan era, desde el punto de vista
eclesiástico, un curato, y su economía y subsistencia dependían del cultivo de caña
dulce, cacao, algodón, yuca y cambur. La importante producción de caña en San
Juan estimuló el surgimiento de numerosos trapiches allí, cuya presencia aún es
relevante, siendo sus panelas comercializadas y consumidas en todo el estado Mérida
y otras partes de Venezuela. También destacaba la cría de ganado, en especial del
caprino, aprovechándose las condiciones geomorfológicas y biogeográficas de la zona.
Habitaban unos 100 indígenas y unos 40 vecinos (“blancos”).
5.-La llegada del periodo republicano no significó grandes cambios para San Juan.
Hasta la construcción de la carretera Trasandina y de la carretera Panamericana, fue una
localidad ajena en cierta medida a las transformaciones que progresivamente se daban
en una Venezuela independiente de España, pero vinculada cada vez más al capitalismo
global, y por tanto con la necesidad de modernizarse en un sentido general. Aún en el
presente, San Juan conserva algunos rasgos del pasado colonial, e incluso de la etapa
prehispánica. Estos rasgos se aprecian, por ejemplo, en la presencia de edificaciones en
base a tapia, piedras y madera, y en la trascendencia de algunas creencias religiosas.
6.- Hoy día San Juan es la segunda parroquia con más población del municipio
Sucre; su economía aún depende en buena medida del cultivo de la caña dulce y su
procesamiento; se comunica por carretera con Lagunillas y Jají; y destaca la presencia
en el lugar de un Jardín Botánico de la Universidad de Los Andes, y del CEPRA
(Centro Penitenciario Región Los Andes).
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