(A 75 años de la muerte del escritor
merideño).
Por Rubén Alexis Hernández A.
En los Andes venezolanos, y específicamente en el estado Mérida, hacer referencia a
Tulio Febres Cordero es hacer referencia de andinidad. Y es que este personaje, uno
de los principales escritores de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX en
Mérida, ha sido bien conocido por identificarse como merideño tradicionalista de pura
cepa y por ser de los pocos en estudiar a Mérida en un contexto polifacético. Entre otras
cosas, Febres Cordero se interesó por la lingüística indígena, dentro de la que destaca su
abordaje de la nomenclatura geográfica como herramienta efectiva para el estudio de las
antiguas lenguas merideñas.
En el presente escrito queremos destacar el interés del merideño por la radical (raíz
lingüística) Mucu, presente en numerosos topónimos de Mérida: Mucurubá, Mucuchíes,
Mucutuy, Mucujepe, Mucuchachí (centros poblados), Mucubají (laguna), Mucujún
(río), Mucupiche (páramo), entre otros. Considérese, en primer lugar, que Febres
Cordero al notar la abundancia de onomásticos contentivos de Mucu, elaboró una lista
con más de 100 nombres de “pueblos, ríos, territorios, quebradas, alturas, lomas,
cañadas y sitios determinados” (“Procedencia y lengua de los Aborígenes de los Andes
venezolanos”, p.38), e hizo referencia a un área etnolingüística caracterizada por el
predominio de dicha raíz. A partir de aquí el escritor andino abordó diversos aspectos de
la radical en cuestión, particularmente su morfología y su significado.
En primer lugar Febres Cordero advertía que Mucu sólo era una forma aproximada de
plasmar, por medio de la escritura, una voz indígena bien común desde el periodo
prehispánico. En este sentido tanto la radical Mucu como otras tantas voces indígenas
transcritas por los colonizadores, sufrieron, de acuerdo a Febres Cordero, un proceso
continuo de “corrupción” lingüística, como consecuencia, en gran medida, de la
variopinta percepción fonética por parte de los escribanos. Tengamos en cuenta que
nuestros indígenas no manejaron la escritura tal como la conocemos, siendo
fundamental el lenguaje oral para la transmisión del pensamiento: “Uno de los escollos
de la recolección de voces entre los indios (...), está en la corrupción de su lenguaje
por la mezcla con el español, ora sea porque adulteren el indígena, introduciendo en
él elementos fonéticos de Castilla, ora porque alteren los vocablos castellanos hasta el
grado de hacerlos aparecer como indígenas (...)” (“Procedencia y lengua…, p. 23).
En el caso de la raíz Mucu, Febres Cordero apuntaba que también pudo haber sido
transcrita como Moco, Muca, Moque, Moca, entre otras grafías con un sentido fonético
similar o muy parecido, al menos para el escritor. De manera que en este apartado el
merideño incluía a nombres geográficos de Mérida como Mocomboco, Mocoguay,
Mocochopo, Moconoque, Mocotíes, Mocotoné, Mocao, Mocaquetá, Moquey y
Moqueo, algunos de ellos ya referenciados durante el periodo colonial, y vigentes en el
presente socioterritorial andino.
En cuanto al significado de Mucu el escritor merideño, apoyándose en los
planteamientos de antecesores como el zuliano José Ignacio Lares, y en un poco
de imaginación propia de novelistas y cuentistas, llegó a una conclusión un poco
contradictoria y por tanto lejos de ser concreta, cuando señaló que desconocía el
significado exacto del término a la vez que aseguró describía un sitio o lugar cualquiera,
tal como puede verse a continuación: “ (...) dicho también moco, voz muy común
al principio de las voces territoriales en torno de las Sierras Nevadas de Mérida
principalmente (...) A la verdad, no podemos aseverar qué significa aisladamente
mucu (...) Es indudable que tal raíz expresa la idea de sitio o lugar (...)” (“Procedencia
y lengua de los Aborígenes…”, pp. 31-32).
Curioso resulta que en nuestros días numerosos merideños creen efectivamente que
Mucu significa lugar o sitio, a pesar de las dudas que al respecto expresó el mismo
Tulio Febres. En este orden de ideas pensamos que también es importante tener en
consideración los planteamientos que sobre la raíz Mucu han sido expuestos por otros
estudiosos del pasado indígena en Mérida, valiosos de una u otra manera. Y aún así, al
día de hoy sigue sin saberse a ciencia cierta al menos la grafía “correcta” de esta radical,
y por tanto es evidente que se hace necesario continuar con la evaluación de un aspecto
relevante no sólo desde el punto de vista lingüístico, sino esencial para el conocimiento
íntegro de los antiguos pobladores de lo que hoy día es el estado Mérida.
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